El curioso fenómeno de la política española; los políticos más corruptos son los más votados. Nos hemos acostumbrado a "tolerar" las corruptelas de los ladrones de guante blanco, a ver como año tras año se enquilosan en las administraciones y salen indemnes de sus tropelias. Ya nada nos escandaliza. La memoria colectiva es olvidadiza, y no hay mejor justificación para los delincuentes de las altas esferas que un buen puñado de votos para consolidarse en la poltrona y seguir llenándose los bolsillos con una impunidad pasmosa.A ver si de una vez despertamos (unos más que otros) y tomamos ejemplo de los vecinos de Marinaleda. Que sí, ¡que otro mundo es posible!
Y aquí un reportaje sobre Marinaleda más amplio (de 4 partes)



